A día de hoy, uno de los destinos más frecuentados por los grandes ojeadores del fútbol europeo lo ubicamos en el Estadio Maksimir, en Zagreb. Más allá de esa característica azul pista de atletismo que rodea el terreno de juego, los aficionados del Dinamo, durante los últimos años, han podido gozar de la inagotable fuente de talento que atesoran las categorías inferiores de su equipo. Estrellas mundiales como Mandzukic y Modric son las actuales figuras representantes de la fábrica que se ha desarrollado en la capital croata. Sin embargo, encontramos varios proyectos de futbolistas que ya militan en ligas importantes que son candidatos a convertirse en los próximos símbolos del actual campeón de la 1. HNL: Brozovic, Halilovic, Kovacic y, más recientemente traspasados, Pjaca y Rog. Todos ellos, talentos en crecimiento. No obstante, el club, a pesar de la marcha de estos dos últimos, ha conseguido retener para esta temporada al que muchos consideran como el adolescente de oro. Él es Ante Coric, el niño de las fintas.
Su historia empieza muy pronto. En 2006, con 9 años, ya se habían filmado partidos del chico, en los que realizaba auténticas virguerías con un balón que le llegaba a la altura de las rodillas. Con 11 años y varios dientes primarios, ya se presentaba ante las cámaras del Red Bull Salzburgo (su equipo previo al Dinamo Zagreb), introduciéndose, haciendo toques con el interior de sus dos botas 'multi-taco' y regateando al aire en medio de un estadio completamente vacío. Un momento significativo en su descubrimiento definitivo se produce cuando, un año exacto después de fichar por el Dinamo (mayo de 2014), el club decide renovarle hasta 2020. Sabían perfectamente lo que estaban haciendo, y con quién. Desde el primer momento, ese chaval del flequillo de tierna apariencia olía a algo
especial.
Si bien es verdad que hoy en día se hace muy complejo comparar dos futbolistas entre sí, se pueden observar ciertas similitudes entre las virtudes de Coric y las de Iniesta. Además de compartir (a otro nivel, de momento) un exquisito trato de balón, un don para el 'dribbling', una privilegiada visión de juego y una envidiable capacidad para el primer toque, sus posiciones preferidas en el verde coinciden en gran parte. Siendo interiores con características de mediapunta, parten siempre desde izquierda, ya sea como tendencia habitual o como posicionamiento de salida (así lo hizo Iniesta varios años en la Selección). Lo que sorprende de un jugador tan exageradamente joven es la capacidad para controlar la situación casi tan bien como hace con el balón. Es más, su toma de decisiones es bastante más madura de lo normal en adolescentes talentosos, factor que resulta más importante de lo que parece para valorar la magnitud de una joven promesa.
Lo que parece claro es que, inminentemente, va a dar el salto a un grande de Europa. Y eso, hoy en día, puede ser un problema. La ilusión del chaval puede evolucionar en una situación complicada en cuestión de meses, al ver que los mayores están muy por encima suyo y que la apuesta que el club ha hecho por él es otra más. Para el desarrollo del talento de Ante, la confianza en el mismo se antoja como un factor imprescindible y, para ello, tendrá que saber elegir bien su destino más allá del Maksimir. Para el Dinamo, sin embargo, se va a tratar de otro día más en la oficina.
Por: Lluís Fullana (@lluisfullana)